El 11 de enero pasado, desde el balcón terraza de un séptimo piso en el barrio de Parque Centenario, en la Ciudad de Buenos Aires, tuve la oportunidad de fotografiar un objeto curiosísimo y muy extraño.
No era la primera vez que estaba frente a este tipo de rareza.
En un anterior articulo, EXTRAÑO FENOMENO AEREO EN OLIVOS, PROVINCIA DE BUENOS AIRES, ya publiqué unas fotografías relacionadas.
Cuando uno mira a simple vista, ve un avión desplazándose, siempre a una velocidad constante y no muy alto, de color blanquecino, con reflejos del sol.
No se oye ruido, pero suele suceder que cuando se observa un avión que se desplaza a una cierta distancia, dos o tres quilómetros, y en forma paralela, no se oye el sonido típico de los reactores.
Eso lo constaté luego fehacientemente, pues desde la misma terraza se pueden ver, a la distancia aproximada que acabo de citar, el despegue de aviones del Aeroparque de la ciudad.
Concretamente, con este objeto me pasó lo mismo que la vez pasada en Olivos.
Lo tomé por un avión, pero como siempre tengo interés por todo lo que se mueve por el cielo, aunque sea para tener ejemplos para comparar luego, le hice dos series de tomas.
La primera de siete disparos, la segunda de ocho, con un pequeño intervalo para reencuadrar la imagen.
Cuando me encontré con este objeto o, para hablar con mas propiedad, serie de objetos adheridos y volando de tal manera de formar vagamente la imagen de un avión, decidí volver una semana mas tarde , esta vez para fotografiar verdaderos aviones para poder comparar.
Publíco la primera foto de la serie completa, y una ampliación para ubicarnos mejor en la escena.
Para quien quiera comprobar las informaciones contenidas en las fotos, publíco al final la ultima toma completa, con lo que se podrán comprobar los tiempos y otros datos.
La primera toma fue realizada a las 14 horas, 20 minutos, 47 segundos.
En este momento reajusté el encuadre y continué con ocho fotos más.
Como siempre, las secuencias se realizan a siete tomas por segundo, con lo cual, cada variación que se advierte en el objeto se realiza en una décima de segundo, aproximadamente.
Observen en esta imagen como el objeto parece estar formado por al menos seis objetos más pequeños adheridos.
Siguen las imágenes, y las transformaciones.
Otro detalle es que el “seudo avión” volaba horizontalmente, pero con la “nariz” inclinada hacia abajo.
Al llegar a este punto, el objeto pierde un poco su coherencia.
La ultima toma, va con la imagen completa para que quien quiera pueda hacer constataciones EXIF.
Aquí termina la serie de tomas de este fenómeno intrigante.
Para poder realizar una comparación objetiva, como decía mas arriba, volví a fotografiar aviones una semana mas tarde exactamente desde el mismo sitio y con el mismo ángulo de toma.
Se nota inclusive el paso de los días en la evolución de los trabajos en el edificio en construcción que está debajo del avión.
Aquí está la toma general que elegí para comparar.
Un avión despega del Aeroparque.
Ya a simple vista se pueden ver las diferencias.
Para ser lo mas objetivo posible, traté la imagen del avión exactamente del mismo modo que las del fenómeno:
Y para que la comparación se facilite al máximo, giré horizontalmente las dos imágenes del avión.
Estas imágenes me hacen reflexionar seriamente en el hecho de que estamos siendo sobrevolados en permanencia por un fenómeno que tiene una maestría exquisita en el arte del camuflaje.
Esta “habilidad” no solo se aplica al hecho de aparecer como aviones a los que poca o nada de atención se les presta normalmente.
Va muchísimo más allá.
En futuros artículos, iré desvelando lo que ya para mi es una evidencia.
Los datos técnicos de las tomas:
La orientación de las imágenes es hacia el Río de la Plata, es decir hacia el este.
Cámara: Nikon D300
Diafragma: 5,6
ISO 200
Distancia focal utilizada: 105 mm.
Para la toma del avión real: 70 mm.
Saludos a todos, y hasta las próximas fotos.
Héctor.
martes, 20 de enero de 2009
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